Cuando nos alcance la noche.
Cuando tus pupilas se dilaten
para delinear en la penumbra
las formas del deseo,
tus blancas manos escalarán los montes
mientras mis valles aguarden tu río.
Llegas,
para deslizarte
por los insaciables labios
hacia las curvas mismas
y los abismos etéreos.
En la oscuridad
gimes, clamas, susurras..
Te conviertes en eco de mis súplicas
cuando impalpables suspiros
nos elevan.